Con todo y con mi fenomenal flojera, sigo al frente del oráculo chino enfrentando al tigre de metal del 2010.
Tengo el cerebro ocupadísimo con tanta porquería terrenal, que me está costando mucho sacar adelante al felino.
Y es que no veo para nada buenas noticias. Tampoco vi buenas noticias en el buey hace un año. Y nada de esto me lo tomo como vacilón, les aclaro.
Creo que mi trabajo de Sibila se ha vuelto cada día más complicado porque cada día sé un poco más del mundo.
Como que usar a Gringolandia como mi retiro “literario” me tiene más bombardeada de información (y silencio) que nunca antes. Buena hora para sacar un blog, ¿verdad?
Caray qué flojera.
Y silencio…
Hablando de las arañas, ahora de regreso a la vieja suburbia californiana, veo que es cada vez menor el ir y venir de las “SUV” (vehículos sub urbanos): esos espantosos monstruos que dicen ser familiares y sólo llevan a una flaca dentro y montones de comida del sam’s o del costco.
Los habitantes de Orinda hablan de los mismos pedos aunque en distintas conversaciones y por distintos motivos:
Las rentas altas, los créditos bajos, la cuenta de ¡ciento cincuenta dólares por una pinche cena para dos en una franquicia cualquiera!, la visita al nuevo casino indio, los hijos de Michael Jackson, lo aburrida que está la televisión este año, las conspiraciones macabras vociferadas por Alex Jones o "documentadas" por Chris Everard, que al pollo le inyectan agua pa’ que pese más (surprise, surprise, ¿a poco no sabían eso?). y “Yes We Can” para esto y para lo otro.
Que sí, que no, que cómo chingados no. Antes mi valedor Tomás Mojarro decía: “Sí se puede” y ahora el dicho se ha traducido al lenguaje pambolero machacante idiota. Le dio el salto a la frontera y lleva a las bocas y anuncios de tv. “Yes, we can” dijo Obama-rama quien es también motivo de conversación clasemediera:
Dicen que Obama es un Oreo… Ah sí, investíguenle a eso del “oreo”. Si no les dan ñáñaras los chistes racistas se van a divertir.
¿De dónde carambas voy a sacar inspiración metafísica para terminar las predicciones del tigre?
“Y que el cielo se caerá a pedazos, y más de uno dirá que ya era hora…”
Este pedacito de un poema de Benedetti queda más que ad hoc.
Regreso al oráculo.
A ver si ahora sí termino con el año del tigre que cómo me está costando trabajo, chingaos.