A veces escribo. A veces nomas me da por moler

A veces escribo. A veces, nomas me da por moler.

lunes, 4 de agosto de 2008

El Venado y mis traumas capitalinos

Alguna vez, poco tiempo despues del terremoto, creo que tuve mi primer contacto cara a cara con un animal que no me tuvo absolutamente ningun respeto, por ser salvaje; ese animal era una vil rata de alcantarilla.

El roedor me vio, chillo y se fue a meter tras un arbusto.

Y hasta alli llego mi aventura con el mundo silvestre.



Para los que me conocen, esto va a sonar raro, ya que soy Scout/Guia desde 1979 (ayer Scout, siempre Scout!) Todavia entrados los veinte me iba de campamento por lo menos tres veces al ano y para no acabarla de contar alli; a los 19 estuve un rato en Veracruz.



En plena sierra, encontre cualquier cantidad de bichos y creo que las unicas que tuvieron encuentros cercanos del tercer tipo con ellos fueron Elsa y Frida (Te acuerdas de la "coralillo", Guera?)Pero a mi nunca me toco enfrentarme a semejantes bichos.

Ni uno.

Ni las coloquiales Ratas de Dos Patas me llegaron a afectar mayormente.



Ah no! ... sip.



Una vez nos asaltaron a Lydiette, David, Paco, Sammy y a mi por andar en babia cruzando puentes que no debian ser cruzados (Mea culpa)

Pero no paso a mayores.



Total que debido a que subi un chingo de peso, el ego me ha obligado a salir a medio correr y medio caminar cada manana por el vecindario.

Cada dia, me atrevo a ir mas lejos.



Hoy, en vez de bajar hasta el centro de Orinda, me fui por una callecita paralela a la carretera que en algun punto, sube hacia el este y rodea el cerrito donde esta la casa de Heath.



La subida es bastante fuerte.

Justo lo que necesito para poner mi corazoncito chilango a brincar con exceso de oxigeno.



Frente a mi, cuando mas cansada estaba, me encontre una pobre ardilla completamente hinchada y con los ojitos fuera de orbita.

Seguramente se electrocuto con el cableado urbano que se esconde entre los robles que pululan esta zona.Esta simple vision de pelicula gore me hizo brincar.



Y no es que nunca haya visto un bicho muerto, pero nunca tan de cerca y nunca tan claramente fresco.

Perros muertos en el periferico y el Guicho no cuentan por que los primeros pasan a 80 por hora y mi gatito ya llevaba horas muerto cuando lo encontre en mi cama, como si estuviera dormido.



Ni los perros ni mi gato son tan silvestres como las ardillas de estos lares.

Gordas, grandotas y de pelo sedoso...

Nuestras ardillitas coyoacanenses estan mas entrenadas que Rintitin y tampoco cuentan.



Me quede pensando en la pobre ardilla; echando cacayacas telepaticas a la civilizacion; que de como matamos a los pobres animalitos, de que como es posible que el cableado se trepe a los arboles que llegaron alli primero, que somos unos jijos del Ecoloco y gua, gua, gua; cuando me tope con un venadote.



El venado estaba parado en la entrada de una de tantas residencias suburbiales de Orinda. Describir su belleza seria inutil ya que sin mis lentes nomas veo de bulto.



Y el me vio.Petrificada, no deje escapar ni un ruidito. Nos separaban unos tres metros.



Despacito, despacito sin perderlo de vista, fui poniendo distancia entre el venado y yo. El, solo bajo la crisma en son de amenaza.



Jamas en mi vida me parecio tan desierto este vecindario.

Ya antes habia visto venados en esta zona cuando de pronto saltan de la nada al camino. Normalmente de noche y yo con Heath en su carro.

Con sumo respeto, los venados se detienen o saltan de regreso a los arbustos.Pero este chico no hizo asi. Al contrario, con la cornamenta en guardia, no movio ni un pelo.



Tampoco yo movi nada, pero despues de diez minutos me fui a esconder tras un arbusto de la casa de al lado.

El animal no se movio de donde estaba, mientras yo con la telepatia puesta en otro son, pensaba que esto es lo que me saco por andar en tierra de nadie caminando como si estuviera el el Parque Mexico.



Sali de mi escondite y el venado volvio a bajar los cuernos, esta vez, respirando profundamente. Esperaba que pasara un choche que lo espantara, pero nada. Ni siquiera una phinche bicicleta.



Por fin pense: "Andale, no seas malito, dejame pasar, no te voy a hacer nada..." y como si me hubiera escuchado, El papa de Bambi se fue tan tranquilo al otro lado de la calle, y se metio un jardin, tal como el proverbial Pedro.



Entonces comence a caminar, con mucha cautela por que los gringos tienen la costumbre de no poner enrejado o barda alguna que divida sus propiedades y lo unico que me separaba del venado era un pedazo de pasto.



De una pagina de internet argentina que describe a los suburbios del norte de California, lo que sigue: En cuanto a los animales que andan por la naturaleza, bueno, los "expertos" están convencidos de que se están extinguiendo.



Cuéntele eso a los que viven en los suburbios o en el campo, que hace mucho que no necesitan ir al zoológico para ver venados que tienen pastando en sus jardines, o encontrarse con un oso hibernando en el porche, o un puma o un zorro que sale de desayunar de su gallinero.



Justo cuando estaba a punto de perder de vista al Venado aquel, una ardilla salto frente de mi.



Un brinco mas, y mi corazon tendria la condicion fisica de un medallista olimpico!

Lo que me pone a pensar, luego de esta mini aventura es que a lo mejor ya nos echamos a todos los animalillos que rondaban los suburbios chilangos...

Que de verdad ya no queda ni un triste tlacuache?



Seguro algunos de ustedes opinan que estoy loca y que cunden los animales silvestres en nuestra patria y que chinchen a su mama los bicharracos gabachos... pero hasta ahorita, y eso que vivo literalmente en "la milpa mas lejana" Tepeximilpa, al unico animal que he visto alli es al menso de Oscar.

En la foto que acompana este texto, un venadito asomandose a la casa donde vivo con Heath.Claro que asi cachorro, y uno adentro de la casa, no da miedo. Es mas, yo ni estaba alli. Heath me mando esta foto cuando yo estaba preparando mi primer visita a su casa.Usteden diran, como es que no le saque una foto al venado?Mi Ipod no tiene camara (ay no mames!)



Bromeo.Pero luego de este encuentro, no se si reir o llorar...

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Epílogo

Estaba esperando el metro en la estación Pino Suárez, la mañana del primero de enero.
En el andén, estaba una foto hermosa de una liebre o conejo pequeñito en cuyo título dice "Yo también soy chilango". Así me imaginaba al conejo que Quetzalcóatl deificó al darle un lugar en el rostro de la luna. Ahora veo que sí hay fauna chilanga.
Hagan clic al siguiente enlace, el cual los llevará a la nota del Universal que habla de esta campaña.
Como de la vista nace el amor, espero que el odio que reina en nuestras mentes no alcance ya a estas criaturas que también sienten y que son el alma de nuestra tierra.




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