A veces escribo. A veces nomas me da por moler

A veces escribo. A veces, nomas me da por moler.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Querido Michael:


Hace más de veintidós años, comencé a escribir un diario "intimo" gracias a mi querida Mirak que me regaló el primero de los que años después serían casi 25 libretas y casi 1000 cuartillas en word y contando.

Ese diario no tuvo nunca nada de íntimo ya que lo he compartido, a veces sin querer, con mis amigos, novios celosos y enemigos.

Con el afán de agarrar algo de práctica en estos medios electrónicos y claro, algo de narcisismo, comencé el molcajete viajero y hasta allí la llevo bien.

Pero por fin, hace pocos días descubrí que más gente de la que yo creía lee el molcajete. El diario no porque cada día está más abandonado y no ha hecho falta sellarlo con lacre.

Ahora que escribo a destajo, las pocas veces que apunto algo en mi diario es porque estoy lejos de la computadora.

Ya será tarea de mis biógrafos o de algún farmacéutico aventado, descifrar mis patas de araña.

Por lo pronto, dediqué algunos minutos a cambiar los nombres de algunos invitados involuntarios a estos bytes.

Prefiero que las intimidades queden entre ellos y yo.

Los aludidos saben a qué me refiero. Volvemos al asunto de mis biógrafos y ya también será cosa de ellos si se ponen a buscar nombres y apellidos. Sólo les pido que se esperen a que todos los involucrados nos hayamos petateado.

No vaya ser que se ofenda uno que otro, lo cual ya sucedió.
Ahí muere.

El título de la entrada es por el nombre de mi diario. Y creo que es justo aclarar también ese nombre ya que otro aludido y la banda de amigos jura que mi diario se llama así por él.

En mi diario viene la explicación, pero la repito aquí.

De niña estaba perdidamente enamorada de Michael J Fox, así que mi diario se llama Michael en su honor.

Una vez aclarado el puntacho, me voy a dormir.

Buenas las tengan.

Cris.

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