A veces escribo. A veces nomas me da por moler

A veces escribo. A veces, nomas me da por moler.

lunes, 28 de julio de 2008

Una Vision Femenina sobre el bien y el mal

Una visión femenina sobre el bien y el mal
lectura comentada de Tehanu de Ursula K. Le Guin y Mujeres de Marilyn French

"Una mujer que da a luz a un niño,
puede criar a un hombre.
Una mujer que da a luz a una niña,
está criando al mundo"
Winnie Mandela.

¿Dónde están localizados el bien y el mal? Son como dicta el cliché: "Las dos caras de una misma moneda", o sólo dos concepciones antagónicas que luchan por destruirse mutuamente.
Si me remito al Tao, ése símbolo chino, estudiado por Ursula K. Le Guin[1], puedo encontrar alguna solución a la pregunta planteada antes: El Tao simboliza dos fuerzas contrarias armonizadas de tal suerte que una lleva parte de la otra. No es posible separarlas sin llevar consigo una parte contraria. Bajo esta concepción, el bien y el mal son dos conceptos que no pueden existir uno sin el otro. Forman parte del pensamiento humano o más bien, de la lucha entre estas dos potencias nacen el pensamiento y las acciones humanas.
Se ha dado con los años una interpretación equivocada sobre el símbolo del Tao al cual, vulgarmente se le llama "Yin y Yang" la parte luminosa del símbolo representa la fuerza positiva y brillante. El bien, la fuerza masculina que siempre es visible: Yang. La parte negra; el Yin, representa a lo negativo, la implosión, la obscuridad. La fuerza de lo oculto, la mujer, el mal.
Dentro de lo que nos parece oculto, el mal acecha. Porque no podemos comprender lo interno, de la ignorancia nace el odio y del odio nace el mal. El hecho de que los orientales le den a la mujer ése carácter oculto perteneciente al Yin y a la tierra misma, hace que los occidentales lo relacionen automáticamente con el mal. Sin embargo en el Tao, las dos fuerzas llevan en sí parte de la fuerza contraria. No son puras por que no pueden existir sin la otra.
¿Pero qué pasa cuando el mal nos toca y deja cicatrices? o cuando el bien llega y no somos capaces de distinguirlo. Por que es fácil encontrar al mal, tal y cual lo intuimos, sobre todo cuando es algo humano lo que nos produce dolor. ¿Cómo pensar que nosotros mismos somos la fuente de ese mal? El "bien" y el "mal", como referencias religiosas o como aquellos que nos producen placer o dolor, se confunden de tal manera que cuando los llegamos a encontrar, no sabemos cómo manejarlos. Sin embargo reconocemos una cicatriz cuando la vemos.
En ése sentido, Tehanu se parece a la vida. Como Todos los libros de Terramar, Tehanu pertenece al reino de la magia, los dragones y las grandes empresas que implican salvar al mundo. Pero también pertenece a la historia de la represión y maltrato que la mujer ha sufrido desde siempre. En ese sentido, encuentro un símil con la obra de otra escritora norteamericana: Marilyn French (1933). Sobre todo en el libro "Women's room"[2] (1977) traducido de manera lamentable bajo el título de "Mujeres"[3] y que ha sufrido de una mala circulación dentro de este país, que sin embargo goza de una gran atención en EUA y Europa. En esta novela, French rompe también con el mundo mágico; su personaje: Mira Ward, estudia literatura (particularmente folcklor y leyendas) en la universidad luego de haberla abandonado por la familia que trataba de sacar adelante. Mira es como Tenar. Una mujer que al llegar a la "edad media" sufre una serie de cambios internos que la obligan a buscarse a sí misma afuera, en el mundo de los hombres. Las dos sufren el rompimiento con la vida "normal" de las mujeres. El sacrificio es dejar la vida que llevaban por el bien de una familia y la seguridad económica, pero todo siempre debajo de la protección de un hombre. El "estauts". En tanto esa protección se mantuvo no había que temer en lo externo. Sin embargo no se pueden evitar los cambios de mundo externo y en ambas historias los cambios son visibles.
En la obra de Le Guin, el mundo de Terramar ha cambiado, la magia ya no funciona como debería, los magos pierden poder, los bandidos adquieren más fuerza por medio de su violencia. Son las mujeres las que la sufren. En la obra de French, los años sesenta son iguales a los tiempos inciertos de Terramar; aún sin magia. La sociedad norteamericana está convulsionada por una larga serie de movimientos sociales nacidos del proletariado y las universidades; nace la guerra de los sexos y las mujeres, en su lucha por ser tratadas como iguales sufren de una nueva represión donde el arquetípico hombre, tacha a la mujer como culpable de todo el mal que la aqueja. En ambos libros las mujeres están sometidas a cumplir las reglas de los hombres mientras tratan de vivir en este mundo lo más ajenas posibles al trato masculino, para no perder su individualidad. También hay hombres que confían en las mujeres y las tratan como iguales, Ged, en Tehanu y Ben (pareja de Mira luego que ésta se divorcia) en el libro de French. Sin embargo esta confianza está cubierta por incertidumbre y sí, desconfianza a algunas mujeres, sobre todo las más primitivas, como Musgo, la bruja de Re Albi, o en la novela de "Mujeres", Val, la furiosa amiga de Mira.
En ambas obras hay detalles feministas que son los que a mí me interesaron, ya que mi conocimiento sobre literatura fantástica es aún escaso. La parte que más captó mi atención y de allí el enfoque de este texto es a siguiente:

"Sorprendida, Musgo dijo simplemente. -¿cómo?, ¿qué hombre querría casarse con una bruja? -Y luego, con un movimiento oblicuo de la mandíbula, como una oveja que moviera el pasto de un lado a otro de la boca: -¿Y qué bruja querría casarse con un hombre?"

Las mujeres de esta obra no encuentran u un solo reflejo de similitud en los hombres. Los hombres parecen extraños, son "una nuez" que aún pelada sigue siendo una nuez, en comparación con raíces "más profundas que esta isla" que forman parte de la visión de Musgo sobre ella misma como mujer. Estas diferencias crean un antagonismo en el cual, como lector, cuesta trabajo permanecer imparcial.
En Mujeres, encuentro otra visión de ese antagonismo:

"Es como si en lo profundo, en lo más hondo del corazón, el corazón silencioso que rara vez estalla, que se queda quieto por que de lo contrario e mundo se destruiría, allí abajo, en lo arcano, ambos sexos se odiaran y se temieran. Las mujeres ven a los hombres como opresores, como tiranos, como a un enemigo de fuerza superior al que hay que burlar. Los hombres ven a las mujeres como intrigantes, como esclavas que agitan duramente sus caderas y les recuerdan constantemente que si quisieran, podrían envenenarles el alimento."[4]

Hace algunos años, escuché a mi madre decir (bastante molesta) que "El hombre" esperaba "Una dama en el salón y una puta en la cama". Luego de leer Tehanu llegué a la conclusión de que si todo esto falla, si no deseaba ser puta o dama, no quedaría de otra mas que ser una bruja.
La bruja siempre es mala, aún a pesar de los intentos de escritores serios que han tratado a las brujas como mujeres y no como esbirros diabólicos, sin embargo hay un dejo de libertad en las actividades de la bruja. Desde la reina malvada de Blanca Nieves hasta la Bruja Buena del Norte de "El mago de Oz", la bruja tiene un poder que va más allá de su relación con el hombre y la maternidad. La bruja es los que quiere por que lo ha elegido de esa manera. Incluso, la decisión de abandonar la magia que Tenar toma para casarse con un granjero, es una decisión propia de una mujer que decide qué hacer con su vida. Tenar es una gran "bruja".
Del mismo modo que en "Women's room" la clase obrera, la mujer y su liberación tocan con sus dedos la literatura; Tehanu, con su Archimago debilitado y su dragón que habla sánscrito; con la tragedia y liberación de Therru, ha ingresado en el reino de lo humano. Es decir en la condición humana que retrata en toda la historia. Al alejar al reino de Terramar de la magia, un nuevo orden debe ser llevado.
Una mujer de Gont es la que debe llevar ese nuevo orden. Por supuesto, los hombres que tienen el control de Terramar se sienten amenazados. Aquí encuentro una relación mesiánica. El dragón Kalessin es el padre de Therru, como un dios que apartado de las actividades del hombre debe guiar sin meter las manos y Therru es una especie de Cristo, que una vez sacrificada, "encerrada en una piedra", tiene el único poder capaz de conducir a Gont y su rey.
El final de Tehanu es abrupto, recuerda un poco al final de los cuentos de hadas, sólo que el final feliz está disfrazado por la incertidumbre:

"El problema residía en que los finales de esos cuentos siempre resultaban aburridos y nunca se podía ir más allá del final"
[5]

Tehanu es una obra distinta a otras de carácter fantástico, Therru ha sido corrompida (en el más estricto sentido de la palabra) por el horror, el mal verdadero que es representado por Diestro, su tío. El mal del que habla Le Guin es el que nace por conducto del miedo y del odio. Al menos Terru tiene una ventaja. "Le temerán" dijo el viejo mago.

"Tal vez odies a los negros a los puertorriqueños y a los judíos, pero te asustan un poco. Las mujeres ni siquiera gozan del respeto del miedo"[6]

Tehanu tiene en sí el poder del terror que provoca, la mala fama de los dragones y sobre todo el odio que Alamo siente por ella y cualquiera de su "clase". En el mundo sacado directamente de la realidad de "Women's room" son los sacerdotes y predicadores los que alimentan el odio:

"La señora Mittlow había dicho que las mujeres crean venenos en sus cuerpos (...) los hombres, comprendió, no estaban sometidos a esas cosas. No tenían los mismos venenos (...) pero la señora Mittlow insistió. Dijo que se lo había explicado el cura"
[7]

Los religiosos, y los magos, como guardianes de cierto conocimiento oculto, son los máximos represores en ambas obras, el desprecio forma parte de eso, como el momento en que Álamo obliga a Tenar a comportarse como perro.

"Ésta es mi nueva mascota -les dijo a los otros hombres, a varios hombres que había en la oscuridad, allí donde las velas proyectaban sombras-. ¿Veis lo bien enseñada que está? Revuélcate, perra. -Ella se revolcó y los hombres rieron."[8]

Para estos hombres "de poder" ya sea mágico o social e incluso político, las mujeres que se rebelan adquieren automáticamente el mote de "perras", el ejemplo de Le Guin es terrorífico, pero nada diferente al ejemplo de French:

"El hecho de que una mujer no estuviera marcada como propiedad de algún macho la convertía en una perra en celo que cualquier hombre o incluso todos a la vez podían atacar."

Es evidente que de la lucha de los sexos ha surgido un nuevo orden, al menos en algunos estratos sociales y económicos, no así en el tercer mundo y los países sometidos religiosa y políticamente por regímenes totalitarios. Sin embargo, la sensibilidad hacia la memoria histórica del género femenino permanece intacta. Hay mucho rencor que empata en cantidad con el miedo y las costumbres de las sociedades patriarcales. Sobre todo en países donde la doble moral es fácilmente reconocible como en Estados Unidos. Le Guin retoma la temática feminista de los sesenta, aún sin que su obra sea propiamente feminista. Con tantos años de diferencia entre los tres primeros libros de Terramar, el primero escrito durante los años sesenta, sorprende que el tema de la lucha femenina por ser algo en el mundo sea aún tan vigente.
Da la impresión de que el mundo real también ha sido trazado por un creador; por un escritor que decide quién y cómo.
El mundo de "Women's Room" no pretende hacer ninguna metáfora de lo que es la sociedad norteamericana en particular y la sociedad occidental en general; es una evidente calca de la vida de muchas mujeres que han sido maltratadas y humilladas. El mundo de Terramar, de Tehanu; es un espejo de nuestra sociedad por que así lo hizo la autora; posiblemente en un acto de denuncia y análisis del mal y sus consecuencias: el caos que lleva a la creación de un nuevo orden, incomprensible aún; pero con las ventajas del trabajo de ficción. En particular de la llamada literatura fantástica. Donde siempre será un poco más sencillo comprender problemas complejos bajo el velo de la fantasía por que las interpretaciones de la historia parecen inofensivas.
Tehanu habla del miedo, del odio y del mal. Del valor que se necesita para afrontarlos y de la esperanza. El final no es feliz, el final es apenas justo. French pone a Mira en una situación parecida a la propia situación de Tenar cuando tiene en sus manos la responsabilidad de hacer de Therru alguien que pueda controlar de manera justa su propio poder:

"Intentó imaginar cómo sería la vida cuando todo fuera perfecto, Pero nunca lo logró"[9].

Tehanu toma de la ficción lo que debe, mas le deja a la realidad la tarea monstruosa de asustarnos, de bajar al nivel de lo espantoso para revelarnos nuestra propia condición. La vida no es perfecta como los son los cuentos de Grimm, menos así sus finales. Estamos sometidos a una cadena de continuidad y "segundas partes" gracias a la manía que tenemos de cometer los mismos errores más de dos veces. Nunca hay un final feliz y los que se acercan a la felicidad, apenas pueden distinguirla. De ese modo actúa Tehanu en el reino de lo fantástico: con absoluta verosimilitud.

Las dudas quedan un poco en el aire cuando por fin comprendemos quién es Therru en realidad. La encarnación de aquel ser femenino, que una vez que ha asumido el daño que le ha sido infligido, puede liberarse y liberar a otros. En ese caso, tal vez pueda haber un capítulo abierto en la historia del Yin, de lo femenino, lo oculto. La tierra.

Cristina Alvarado.
Primavera de 2001


NOTAS
[1] Earth sea review de Danny Yee. Powells library gassete. 1996
[2] Women's Room es una novela que habla sobre la lucha interna de Mira Ward, una ama de casa que una vez divorciada decide retomar su propio camino y regresar a la universidad sin que por ello cambie su posición social y personal frente a los hombres.
[3] Editado en español por círculo de lectores, 1980. Para su distribución por correo.
[4] Mujeres: Pag. 74.
[5] Op Cit: pag. 21.
[6] Op Cit. Pag: 16
[7] Op Cit. Pag: 28
[8] Op.Cit. Pag: 240
[9] Op cit: p 21

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